El descubrimiento del periné

Se oye cada vez con más frecuencia hablar del periné, relacionándolo a menudo con la mujer durante el embarazo o al mencionar las incontinencias urinarias. Sin embargo, el periné merece una atención especial por muchas otras razones cuando se quieres mejorar la armonía del cuerpo, tanto en hombres como en mujeres.
El objetivo de ejercitar de diversas maneras el periné es no sólo aumentar su fuerza sino también su coordinación con la respiración, mejorando sus respuestas y adaptación a las acciones cotidianas y prácticas corporales de cada uno.
La pelvis es el continente óseo del periné, es decir, su “casa”, por lo que es esencial dedicar tiempo a reconocer nuestra propia pelvis, a través de contactos, presiones, apoyos y movimientos. Proponemos para ello el siguiente ejercicio:
Sentado, sitúa tus manos en las crestas iliacas, la parte más alta de la pelvis. Observa las zonas óseas en las que te apoyas: dos salientes llamados isquiones. Ahora reconoce tu cóccix por detrás, donde finaliza la columna, y el pubis, la parte ósea más anterior de la pelvis. Tu periné se encuentra entre estas cuatro referencias óseas, tomate tiempo para identificarlas y sentirlas.
Contraer y ….RELAJAR.
Los dos estados son necesarios, en alternancia, para que esta zona se mantenga adaptable y viva. Al explorar la relajación del periné se consigue desarrollar una gama de matices más amplia: es posible contraer con potencia o hacerlo delicadamente, delante o detrás, en un lado o en otro, desarrollando un periné más eficaz, más reactivo y adaptativo. Proponemos este ejercicio para ir empezando a desarrollar esta sensibilidad:
Haz como si buscaras acercar los cuatro puntos óseos descritos en el ejercicio anterior, los dos ísquiones, cóccix y el pubis. Siente tonificarse la zona entre estos cuatro puntos. Cuando contraigas debes buscar la impresión de acercar estos puntos y cuando relajes, imagínate que pones mucha distancia entre ellos.
El periné es importante que se mantenga por tanto elástico y flexible, incluso cuando se fortalece. Existen ejercicios variados, en concreto en posiciones asimétricas, que mantienen a la vez la fuerza y elasticidad de estos pequeños músculos. Para ello te invitamos a realizar el siguiente ejercicio:
El estiramiento de los músculos del periné es difícil de apreciar ya que se insertan en el interior de la pelvis. Pero sí es posible hacerlo mediante movimientos muy amplios de las caderas. Estos movimientos se facilitan con una larga banda ancha de tela que sostiene el peso de la pierna, estirando los músculos del periné y los que se relacionan con ellos.
La raíz del equilibrio. El periné proporciona los cimientos, el fundamento del tronco. A menudo, las personas que tienen debilitada esta zona de su cuerpo refieren sentirse como desarraigadas de su base, desequilibradas. Podemos imaginar entonces que despertar esta zona de apoyo y desarrollar su fuerza equivale a construir una raíz más presente, más firme. En la prevención del dolor de espalda, los músculos del periné permiten construir más fielmente el equilibrio postural para una buena relación entre la pelvis y la columna. Bienestar perineal equivale así a bienestar postural. Proponemos finalmente este ejercicio para ello:
Intenta mantener el equilibrio sobre un solo pie y sobre una superficie inestable como puede ser un cojín. Mantener el equilibrio requiere estar centrado, algo que sentirás que es más fácil si sincronizas el trabajo de los músculos abdominales con los del suelo pélvico ya que forman la base del centro del tronco.
Si nunca te habías detenido en el descubrimiento de tu suelo pélvico, ten paciencia. Al principio es normal no notar grandes sensaciones pero a través de la práctica tranquila, atenta y regular, todo el mundo consigue sensibilizar y manejar esta musculatura. Bienvenido al increíble mundo del periné.
Articulo basado en la publicación de Blandine-Calais, del Método “Perine y Movimiento”, publicado en la revista “Cuerpo y Mente”.
Sandra Casado
Fisioterapeuta especialista en Suelo Pélvico.
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